este modo, Proust parece rebasar en la música, la misma extensión dela percepción propuesta por Bergson“. De alli que las impresiones musicales más obscuras y confusas, deban ser respetadas y mantenidas como tales, y en el lo se encuentra el verdadero sentido de la experiencia musical de las obras maestras, y aún, de la mala música. La condición humana temporal que posibilita lo extratemporal, como experiencia intermitente a la que se accede, pero de la que se regresa al tiempo que la permite, responde de este vaivén, entre los atisbos metafisicos de la música que siempre van más allá de nuestra comprensión, y nuestros intentos de desciframiento de estos descubri- mientos. La música es el arte en donde más se nota que la capacidad de descubrimiento artístico supera la capacidad de comprensión. Por eso, el develamiento de las verdades de una obra musical, anula la obra sobre la que se ha efectuado, pues la reduce a una interpretación puramente musicográfica, a la transcripción a otro lenguaje o, en el mejor de los casos, al descubrimiento de verdades, que también las otras artes pueden revelar y le quita así esa especificidad inmaterial, que invita a seguir explorando. La música es el arte revelador por excelencia pues señala el sentido de todo arte y Vinteui I, su representante, el-artista más consecuente en su función indagadora. Como la música excede nuestra comprensión y a su forma de comunicación une la imposibilidad de desciframiento total en su esencia, Proust solamente se desenvuelve en un terreno hipotético y nunca en un saber consumado. Por eso el alcance metafísico de la música es presentado como_una hipótesis que nunca pierde su carácter de tal, de cuya verdad siempre es-posible dudar, a pesar de las experiencias musicales en las que se funda. Si io más profundo de la música es impresión que supera la memoria involuntaria, aunque puede cumplir también en general y en forma inmaterial las funciones de las otras artes, la literatura es el terreno de la fijación, en su equivalente espiritual, de las impresiones y reminiscencias de la memoria involuntaria, que son experiencias de lo extratemporal desde nuestra condición temporal. _La literatura admite más verdades q.ue la musica: son los materiales que proceden de nuestra propia vida, captados directamente por nuestra inteligencia. Puede, entonces, cumplir con la misión del arte que es la recreación por el espíritu de lo verdade- ramente real y de la auténtica vida. En cambio, la música es la mensajera metafísica 12 hacer, p_ues su-meta es ir más allá de nuestra experiencia posible, aún en el arte. De
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