‘‘¡Ganó la batalla el jeneral!
¡Hurra por el jeneral!
Sobre diez mil obreros inermes se disparó con ametralladoras, no por el espacio de treinta segundos, como dice el parte, sino que esta espantosa carnicería duró, por lo ménos, tres minutos!
Se formaron montañas de cadáveres que llegaban hasta el techo de la Escuela Santa María!
¡Horrorícese la Cámara!
Esto ocurre en un pais constitucional;esto en un pais de libertad!’’...
.. .‘ ‘Al traer esta cuestion a la Cámara yo quiero colocar el debate en este terreno estrictamente constitucional; yo no persigo la responsabilidad personal de
nadie, ni aun la del señor Ministro del Interior; yo persigo la responsabilidad constitucional del señor Ministro, i a
ese terreno habré de llegar al concluir mis observaciones.
Se trata de la responsabilidad constitucional o legal que afecta al señor Ministro del Interior, si es que él asume la responsabilidad de estos hechos luctuosos. I si no la asume, se trata de señalarle el camino que le impone su deber para hacer responsable a sus subalternos que han estralimitado sus atribuciones i que han faltado tan gravemente a la Constitucion i a la lei.
Un debate de esta naturaleza prestijia al Congreso, nos honra.
No nos empeñemos en lanzarnos invectivas de ninguna naturaleza; relatamos hechos a fin de formar juicio i a fin de que cada representante del pueblo hoi o mañana cumpla con su deber.
Si por consideraciones políticas hemos de dejar mancillada la Constitucion del Estado; si por mantener una coalicion o hacer una alianza pasáramos en silencio por sobre estos sucesos, entónces mereceríamos la dictadura, entónces habria llegado el momento de declarar que no
mereceríamos llevar la representación del pueblo.’’ ...
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