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La media naranja
O mejor dicho, eran dos medias naranjas que habian realizado la suprema y difícil unidad platónica.
Una naranja entera rodaba por el mundo. Yo que la vi pasar, maravillado, decidí escribir esta historia del casual encuentro de las dos mitades.
Al ver á Clara y Gonzalo tan felices, reflexioné, que cuando la suerte quiere elaborar la verdadera felicidad, no tiene más que esta receta:
Coge una criatura, la analiza, y después, por esos mundos tan grandes é intrincados, le busca y entrega su média naranja.
Adiós, lectores, y quiera la suerte depararos á cada cual vuestra média naranja.
José Alcalá Galiano.