Por eso aunque iba á lo léjos
Disipándose la bruma,
Y en cada riza de espuma
Chispeaba un rayo de Sol,
Y de las límpidas olas
En los movibles espejos
Ponia el Cielo reflejos
De topacio y arrebol,
Sin ver del mundo visible
Aquellos cuadros risueños,
En el mundo de los sueños
Fijos los ojos no más;
Con la mirada impasible
Perdida allá entre la bruma,
Mirando sin ver la espuma
Que iba quedando detrás;
Mientras el buque seguia
Surcando siempre las olas,
El alma surcaba á solas
De sus recuerdos el mar;
Cuando de pronto un murmullo
Alzándose de improviso,
De sus ensueños la hizo
De súbito despertar.
Volviendo entónces inquieta
Los ojos en torno mio,
A la popa del navio
Ví ligeros acudir
Hombres, niños, y mujeres
Que fijándose en un punto,
Todos sobre el mismo asunto
Parecian discutir.
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