Página:La romana. Presencia de la mujer en las Elegías del Corpus Tibullianum.djvu/114

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ideológico que significa Augusto. La propuesta de Augusto tiene una inédita combinación de lo antiguo y lo nuevo? frente a la que se coloca la elegía erótica. En esteescenario, las formas resultan proteicas. El poeta adhiere a un modo de vida instalado en Roma con la misma intensidad que lo podía haber estado el mos maiorum, pero convive con otras expresiones, los viejos discursos acerca de la moralidad pública y privada, la necesidad de relaciones basadas en la affectio y la fides, la idea de que el amor es pura emoción o placer, y no intercambio de mercancía. Esta imagen de la mujer, una fuerte presencia de dominación erótica, conmociona la sociedad misma por su actualidad, por ese trato erótico en lo inmediato que gana espacio público, desarticulando la distancia tradicio- nal en materia de amor. Sólo en este sentido creemos que el amor de Marato es griego, y hasta estéticamente envejecido. La reformulación de categorías sociales por medio de la recurrente corrección o inversión de los modos de relaciones socialmente aceptados no se aleja de lo que, por su parte, lleva a cabo la política augustea, aunque con signos distintos. En las relaciones que propone Tibulo tanto con respecto a Delia como a Némesis, se asiste a un intento, ya presente en Catulo, por descubrir nuevas formas de conciliación masculino-femenina, nuevos tipos de asociación, nue- vos modelos de afecto que comprometen la identidad misma del poeta, situado en las últimas butacas del espectáculo público. En la crisis de la república, que ha puesto en discusión los valores éticos tradicionales, Tibulo busca una integración de la figura mujer en el repliegue de un nuevo orden privado que, exaltando el amor hacia la puella como valor máximo, circula por tensiones y contradicciones, muchas veces insalvables, que constituyen la materia prima de mundo erótico elegíaco. Quizás sea en obras de esta naturaleza donde se encuentran mejor expresadas las complejidades morales y espirituales del tiempo augusteo. Tanto Delia como Némesis se exaltan en su condición de domina, título de honor del mundo elegíaco, incluso cuando aparece acotado por calificativos circunstancialmente denigratorios. La función de dominadora caracteriza una condición que se establece en función del ideal amatorio, sea en tono positivo e idealísticamente expresado, sea afincado en una recreación de la realidad que encuentra aún placer en lo negativo y cruel del poder femenino. Delia, como se ha visto, se presenta diseñada sobre la imagen de la 114