Página:La señal de los cuatro - Arthur Conan Doyle (1909).pdf/53

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 55 —

nía, y lo único que me fué dado saber mientras mi padre la tenía en la mano, es que era breve y estaba escrita con letra muy confusa. La hinchazón al brazo que mi padre había padecido durante los últimos años, se agravó, y á fines de abril del mismo año nos hizo decir que estaba desahuciado y deseaba comunicarnos sus últimos deseos.

Cuando entramos en el cuarto, lo encontramos medio incorporado, sostenido por varias almohadas y respirando con dificultad. Nos dijo que cerráramos la puerta y que nos pusiéramos uno á cada lado de la cama. Luego, tomándonos las manos, nos hizo un extraordinario relato, en voz entrecortada por la emoción tanto como por el dolor físico. Voy á tratar de reproducirlo con sus propias palabras:

—Sólo hay una cosa—nos dijo, que pesa sobre mi ánimo en este momento supremo: la manera cómo me he portado con la huérfana del pobre Morstan. El maldito suceso que ha amargado el resto de mi vida, ha privado á esa niña de un tesoro, del que por lo menos la mitad es suya. Y, sin embargo, yo mismo no me he servido de él, tan ciega é insensata es la avaricia.

La mera conciencia de la posesión era tan dulco para mí, que me hacía insoportable la idea de compartirla con otro. ¿Ven ustedes ese rosario