con respecto a la Tierra. Pero como cambia, ello demuestra una vez más la rotación absoluta de la Tierra.
Vamos a considerar otro ejemplo: el movimiento de la Luna alrededor de la Tierra (figura 44). Según Newton, la Luna vendría a caer sobre la Tierra si no tuviera en torno a ésta una rotación absoluta. Representémonos un sistema de coordenadas cuyo punto cero sea el centro de la Tierra, cuyo plano, x y, sea la trayectoria de la Luna y cuyo eje, x pase constantemente por la Luna. Si este sistema estuviese en reposo absoluto, sólo actuaría sobre la Luna la fuerza de la gravitación hacia el centro de la Tierra; según la fórmula [23] (pág. 82), tiene el valor
La Luna caería sobre la Tierra a lo largo del eje x. Si no lo hace, es porque la rotación del sistema de coordenadas xy es absoluta y crea una fuerza centrífuga que mantiene en equilibrio la fuerza K. Tenemos:
Esta fórmula no es otra cosa, naturalmente, que la tercera ley de Keplero; pues si se elimina la masa de la Luna, m, y se expresa v por el tiempo de revolución, T, a saber:
se obtiene: