fuente de una onda luminosa de forma esférica. Sobre esto se produjo una diferencia fundamental entre la teoría de la emisión y la de la ondulación, que resolvió más tarde en favor de la última la experimentación decisiva.
Es sabido que un rayo de luz que viniendo del aire llega a la superficie plana de un cuerpo más denso, como vidrio o agua, es refractado de suerte que sigue su marcha por el cuerpo en dirección más próxima a la perpendicular sobre la superficie del mismo (fig. 46). La teoría de la emisión explica esto admitiendo que las partículas luminosas, en el momento de penetrar en el medio más denso, sufren una atracción de éste; reciben, pues, una aceleración en la superficie del cuerpo, en dirección perpendicular a ésta, y por eso son desviadas hacia dentro.
De aquí se sigue que en el medio más denso deben moverse más aprisa que en el menos denso. La construcción de Huygens, según la teoría ondulatoria, descansa exactamente en la hipótesis inversa (fig. 47). La onda luminosa, al llegar a la superficie, produce en cada uno de sus puntos ondas elemen-