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La teoría de la relatividad de Einstein.

Römer (véase pág. 147) no señala un influjo del movimiento del sistema solar sobre la velocidad de la luz, hallaríase la teoría del éter ante un problema casi insoluble, pues es bien claro que ese efecto del primer orden no podría anularse por ninguna hipótesis sobre arrastre del éter.

Compréndese, pues, la importancia del problema experimental, que consiste en medir hasta en cantidades del segundo orden la dependencia en que están los procesos ópticos del movimiento de la Tierra. La solución de este problema sería la que pudiese decidir si el principio de la relatividad óptica vale estrictamente o sólo aproximadamente. En el primer caso, fallaría la teoría de Fresnel sobre el éter; nos hallaríamos ante una situación nueva.

Históricamente, esta situación nueva se ha presentado unos cien años después de Fresnel. Entre tanto, hay una evolución de la teoría del éter en otra dirección. Al principio, en efecto, no había un éter solamente, sino muchos: uno óptico, uno térmico, uno eléctrico, uno magnético y aun quizá más todavía. Para cada fenómeno que se verifica en el espacio inventábase como sustentáculo un éter especial. Estos éteres no tenían al principio nada de común entre sí, sino que existían en el mismo espacio independientemente unos de otros, o, mejor dicho, dentro unos de otros. Tal estado de la física no podía durar, naturalmente. Pronto se encontraron conexiones entre los fenómenos de las distintas esferas, separados en un principio, y así resultó, finalmente, un éter único como sustentáculo de todos los fenómenos físicos que se verifican en el espacio libre de materia. Particularmente manifestóse la luz como un proceso vibrátil electromagnético, cuyo sustentáculo es idéntico al medio que transmite las fuerzas eléctricas y magnéticas. Estos descubrimientos fueron primeramente un buen puntal para la noción del éter. Por último, llegóse incluso a identificar el éter con el espacio de Newton; permanecería en inmovilidad absoluta y transmitiría no sólo los efectos electromagnéticos, sino que produciría también, mediatamente, las fuerzas newtonianas de inercia y centrífugas.