Ph. Lenard. Se consiguió demostrar la carga negativa de los rayos por captación directa; también son desviados por un campo eléctrico que se acerque de lado a su trayectoria, y ello contrariamente a la dirección del campo, lo cual demuestra una vez más su carga negativa.
La convicción de que los rayos catódicos eran de naturaleza corpuscular se abrió paso cuando se consiguió sacar conclusiones cuantitativas sobre su velocidad y su carga.
Representémonos el rayo catódico como una corriente de partículas, de masa m; en tal caso será desviado por un determinado campo eléctrico o magnético, tanto menos cuanto mayor sea su velocidad; así como una bala de fusil corre tanto más recta cuanto más rápida. Ahora bien; pueden producirse rayos catódicos muy desviables, esto es, muy lentos; pueden, artificialmente, acelerarse tanto que su velocidad inicial, comparada con su velocidad final, puede, despreciarse. Para ello se coloca delante del cátodo K una red de hilos metálicos (figura 100) cargada positivamente con fuerte carga; entonces las partículas negativas de los rayos catódicos son fuertemente aceleradas en el campo entre el cátodo y la red metálica, y pasan por las mallas de la red con una velocidad que esencialmente procede de esa aceleración. Esta, empero, puede calcularse según la ecuación fundamental de la mecánica
siendo e la carga y E el campo; se tiene evidentemente un «movimiento de caída», en el cual la aceleración no es igual a la aceleración de la gravedad g, sino igual a . Si fuese conocida la relación , podría hallarse la velocidad v por medio de las leyes de la caída. Pero tenemos dos incógnitas, y v, y