Unos suben, otros bajan, unos se desmayan viendo
La sangre que llevan otros; mas yo, la verdad diciendo,
De no comer me desmayo; que en una prisión me veo,
Donde ya todos los dias en el filósofo leo
Nicomédes, y las noches en el concilio Niceno.
Si llaman santo al callar, como en calendario nuevo,
San secreto es para mí, pues le ayuno y no le huelgo;
Aunque está bien merecido el castigo que padezco,
Pues callé, siendo criado, que es el mayor sacrilegio.
(Ruido de cajas y clarines, y voces dentro.)
SOLDADO 1° (Dentro.) Esta es la torre en que está. Echad
la puerta en el suelo.
Entrad todos.
CLAR. ¡Vive Dios! Que á mí me buscan, es cierto,
Pues que dicen que aquí estoy. ¿Qué me querrán?
SOLDADO 1° (Dentro.) Entrad dentro.
{Salen varios soldados.)
SOLDADO 2° Aqui está.
CLAR. No está.
TODOS LOS SOLDADOS. Señor ...
CLAR. (Ap.) ¿Si vienen borrachos estos?
SOLDADO 1° Tú nuestro príncipe eres; ni admitimos ni
queremos
Sino al señor natural, y no á príncipe extranjero.
A todos nos da los pies.
SOLDADOS. ¡Viva el gran Príncipe nuestro!
CLAR. (Ap.) Vive Dios, que va de veras. ¿Si es costumbre
en este Reino
Prender uno cada dia y hacerle príncipe, y luego
Volverle á la torre? Sí, pues cada dia lo veo:
Fuerza es hacer mi papel.
SOLDADOS. Danos tus plantas.
CLAR. No puedo.
Porque has he menester para mí, y fuera defecto
Ser príncipe desplantado.
SOLDADO 2° Todos á tu padre mesmo