Dando muerte á Astolfo. ¡Mira
Qué caduco desvarío!
Si bien, no siendo Rey mió,
Ni me asombra ni me admira.
Darle pensé muerte, cuando
Segismundo pretendió
Dármela á mí, y él llegó.
Su peligro atropellando,
A hacer en defensa mia
Muestras de su voluntad.
Que fueron temeridad,
Pasando de valentía.
¿Pues cómo yo ahora (advierte),
Teniendo alma agradecida,
A quien me ha dado la vida
Le tengo de dar la muerte?
Y así, entre los dos partido
El efecto y el cuidado.
Viendo que á tí te la he dado,
Y que del la he recibido,
No sé á qué parte acudir.
No sé á qué parte ayudar:
Si á tí me obligué con dar,
Del lo estoy con recibir;
Y así, en la acción que se ofrece,
Nada á mi amor satisface;
Porque soy persona que hace,
Y persona que padece.
ROS. No tengo que prevenir
Que en un varón singular,
Cuanto es noble acción el dar,
Es bajeza el recibir.
Y este principio asentado.
No has de estarle agradecido.
Supuesto que si él ha sido
El que la vida te ha dado,
Y tú á mí, evidente cosa
Es, que él forzó tu nobleza
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LA VIDA ES SUEÑO