(xxi) General Antonio de Fonseca que fuese en su socorro con quanta gente de ápie y de á caballo pudiese haber ; y que sacando ia artillería reunida en Medina del Campo, mar* chase á sojuzgar á los inquietos y á domar la altiyez de Segovia. Salió en efecto Fonse- ca, aunque con disimulo por no exasperar las ánimos de Valladolid, irritados ya contra el Cárdena! y Consejo; y reunido en Arévalo, con Ronquillo y su gente , partieron á Me- dina del Campo , con intento de sasar poV fuerza la artillería, sino les fuese presentad* de grado. Firmes los de Medina en la heróica re- soluciop de no prestar armas para oprimir i sus vécinos , ni se dexaron intimidar por la* amenazas , ni seducir por las promesas ; y negándose abiertamente á entregar la artille- ría, colocáronla en las bocas- calles * para o«ar en su defensa de aquellas mismas afufa* destinadas en contra de sus hermanos. Vtétfl do Fouseca que las intimaciones eran infruc- tuosas , mandó á sus trppas que embistié^eHJ y entrasen por fuerza á apoderarse de la ar-> tillería ; mas no contó con el valor de un pueblo | resuelto á perecer por sostener su
