EL CETRO DE LA REINA ALAB
El amor es al pronto una mirada ;
en seguida una sonrisa ;
después una palabra ;
una promesa ;
un encuentro.
Canción árabe.
Ebn el Togras sintió una mirada de la reina Alab, y vio su sonrisa, y oyó una palabra ; pero no obtuvo una promesa y se murió sin un encuentro. La hermosa mujer, para combatir el inconsolable hastío que la enfermaba, reunía a los poetas de su corte en concursos frecuentes, sin que jamás una canción lograse despejar la sombra de su espíritu.
La reina mostraba siempre las manos doradas por la henna ; y su oro decía a los poetas : «¡ Miserables ! ninguno de vosotros puede levantar el fulgor de mis dedos hasta el alma de la reina para encender en sus ojos la aurora...» Ebn el Togras se confió al mago Ipardis. Este exclamó :