Abdera, la ciudad tracia del Egeo, que actualmente
es Balastra y que no debe ser confundida
con su tocaya bética, era célebre por sus caballos.
Descollar en Tracia por sus caballos, no era poco; y ella descollaba hasta ser única. Los habitantes todos tenían á gala la educación de tan noble animal, y esta pasión cultivada á porlía durante largos años, hasta formar parte de las tradiciones fundamentales, había producido efectos maravillosos. Los caballos de Abdera gozaban de fama excepcional, y todas las poblaciones tracias, desde loscicones hasta los bisaltos, eran tributarios en esto de los bistones, pobladores de la mencionada ciudad. Debe añadirse que semejante industria, uniendo el provecho á la satisfacción, ocupaba desde el rey hasta el último ciudadano.
Estas circunstancias habían contribuido también á intimar las relaciones entre el bruto y sus dueños, mucho más de lo que era y es habitual