En los mundos de una y de dos dimensiones, no había sensibilidad, puesto que faltaba extensión y la vida de relación no era posible por lo tanto. Al existir aquélla, ó sea el espacio de tres dimensiones, la sensibilidad se hizo posible en la materia.
Pero, qué es la sensibilidad? La sensibilidad es la radioactividad de la materia, el fenómeno por el cual ésta se transforma en energía pura; y como toda materia es radioactiva, según lo prueba el descubrimiento de los rayos N, de Blondlot, toda materia posee sensibilidad.
La ciencia se encamina rápidamente á esta comprobación, que cuenta ya con una cantidad de hechos tan grande como singular. Los rayos N, la fatiga de los metales, sus propiedades eléctricas y terapéuticas, la vida de los cristales—han demos-