eléctrico del contacto de dos cuerpos heterogéneos[1]. La sángre es un potentísimo reservorio de electricidad.
Ahora bien, los organismos siguieron al formarse, las mismas leyes que la materia. Un solo ser, primero difuso y de constitución unitaria, desarrolló de sí mismo los primeros órganos y se propagó por los conocidos procedimientos de generación,—fisiparidad, ovulación, hermafrodismo—hasta alcanzar en la sexualidad su máximum de materialización.
Poderosas oxidaciones habían engendrado la vegetación, cuyas formas asumió previamente el reino mineral como un intento prototípico, debiéndose á dichas oxidaciones el nacimiento de la vida orgánica.
El sexo único que concebía y paría por los métodos ya descriptos, era naturalmente femenino. Todos los seres eran madres, llevando reasumido, y luego latente en su facultad de autoengendrar, el sexo masculino futuro.
De aquí que la materia haya sido considerada por las antiguas filosofías como la "gran madre" (mater-ia) personificada en el agua, pues el agua
- ↑ Basta ese contacto, como es sabido, para producir electricidad; y es claro que aquí nos referimos solamente al amor físico en su más simple expresión.