el Instituto—observó Luis;—pero lo que no acabo de explicarme es por qué vemos la Luna tan grande como el Sol y mucho mayor que las estrellas, cuando es mucho más pequeña que esos astros.
—Fácilmente lo comprenderás cuando te fijes en que el tamaño á que vemos los cuerpos depende en gran parte de la distancia que les separa de nosotros. Si colocas ante tus ojos y cerca de ellos una mano extendida, dejarás de ver los objetos que están al otro lado, el cielo, las personas, los montes, los árboles, los edificios..., y sin embargo, tu mano es más pequeña que todas estas cosas. Un objeto pequeño, visto desde muy cerca, parece mucho mayor que otro muy grande visto á gran distancia. Ya os he dicho que las dimensiones de Sirio son dos mil veces mayores que las del Sol, sin embargo de lo cual, le vemos muchos millares de diámetros más pequeño, porque la distancia que nos separa del Sol es de 148 millones de kilómetros, mientras Sirio está á millones de millones de kilómetros de nuestro mundo. La Luna tiene un volumen inferior al del Sol sesenta y dos millones y medio de veces, y su diámetro es como cuatrocientas veces más pequeño que el del astro del día; pero como está al mismo tiempo cerca de cuatrocientas veces más próxima á la Tierra, nos parece á simple vista casi tan grande como el Sol. Si este astro estuviese á la misma distancia de nosotros que la Luna, nos enviaría un calor de muchos millares de grados, y su disco cubriría todo el cielo visible desde cada hemisferio; ¡como