Página:Las Maravillas Del Cielo.djvu/83

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
— 86 —

dad de los últimos planetas de nuestro sistema será comparable á la que hay en la Tierra antes de amanecer ó después de haberse puesto el sol, cuando el crepúsculo empieza á ceder el puesto á la noche. No dejarían los espíritus impresionables y delicados de encontrar cierta encantadora poesía en esa luz discreta y suave.

En cuanto á los animales y vegetales de esos planetas, no es fácil calcular ni aun suponer cuáles serán sus formas y sus tamaños. Si, tomando los de aquí como punto de comparación, relacionásemos su tamaño con el peso de los cuerpos en los diferentes planetas, tendríamos que en Mercurio serían más pequeños que aquí, de modo que los hombres tendrían poco más de un metro de altura, y otro tanto sucedería en Saturno, Urano y Neptuno, en los que el peso de los cuerpos en la superficie es algo mayor que en la Tierra. En Júpiter, cualquier objeto pesaría dos veces y media más que aquí, de modo que siguiendo esa proporción y ciñéndolo todo á la manera de ser de nuestro mundo, los hombres tendrían sólo de 60 a 70 centímetros de altura. Lo contrario sucedería en Venus, donde su talla se acercaría á dos metros; en Marte, donde pasaría de tres; en nuestra Luna, donde llegaría á 10, y sobre todo en algunos de los asteroides, en que, por su poca masa y densidad, el peso de los cuerpos en la superficie es muy pequeño, comparado con el de la Tierra. Como veis, resultaría de aquí la extraña contradicción de que precisamente en los astros más pequeños serían mayores, no sólo los hombres, los animales