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HISTORIA DEL PESCADOR Y EL EFRIT

desencantamiento, y el joven le besó la mano y le dió efusivamente las gracias. Y le dijo el rey: «¿Quieres marchar á tu ciudad, ó acompañarme á la mía? Y el joven contestó: «¡Oh rey de los tiempos! ¿sabes cuánta distancia hay de aquí á tu ciudad?» Y dijo el rey: «Dos días y medio.» Entonces le dijo el joven: «¡Oh rey! si estás durmiendo, despierta. Para ir á tu capital emplearás, con la voluntad de Alah, todo un año. Si llegaste aquí en dos días y medio, fué porque esta población estaba encantada. Y cuenta, ¡oh rey! que no he de apartarme de ti ni siquiera el instante que dura un parpadeo.» El rey se alegró al oirlo, y dijo: «¡Bendigamos á Alah, que ha dispuesto te encontrase en mi camino! Desde hoy serás mi hijo, ya que Alah no me los ha querido dar hasta ahora.» Y se echaron uno en brazos del otro, y se alegraron hasta el límite de la alegría.

Dirigiéronse entonces al palacio del rey que había estado encantado. Y el joven anunció á los notables de su reino que iba á partir para la santa peregrinación á la Meca. Y hechos los preparativos necesarios, partieron él y el rey, cuyo corazón anhelaba el regreso á su país, del que estaba ausente hacía un año. Marcharon, pues, llevando cincuenta mamalik [1] cargados de regalos. Y no dejaron de viajar dia y noche durante un año entero, hasta que avistaron la ciudad. El visir salió con los soldados al encuentro del rey, muy satisfecho de su regreso,


  1. Plural de mameluk, esclavo.