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Página:Las mil noches y una noche v1.djvu/197

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HISTORIA DEL MANDADERO...

pués oímos unos gritos tremendos y nos estremecimos de terror. Y en seguida apareció el efrit en su propia y horrible figura, pero ardiendo como un ascua, pues de su boca, de sus ojos y de su nariz salían llamas y humo; y detrás de él surgió la princesa en su propia forma, pero ardiendo también como metal en fusión, y persiguiendo al efrit, que ya nos iba á alcanzar. Entonces, temiendo que nos abrasase, quisimos echarnos al agua, pero el efrit nos detuvo dando un grito espantoso, y empezó á resollar fuego contra todos. La princesa lanzaba fuego contra él, y fué el caso que nos alcanzó el fuego de los dos, y el de ella no nos hizo daño, pero el del efrit sí que nos lo produjo, pues una chispa me dió en este ojo y me lo saltó; otra dió al rey en la cara, y le abrasó la barbilla y la boca, arrancándole parte de la dentadura, y otra chispa prendió en el pecho del eunuco y le hizo perecer abrasado.

Mientras tanto, la princesa perseguía al efrit, lanzándole fuego encima, hasta que oímos decir: «¡Alah es el único grande! ¡Alah es el único poderoso! ¡Aplasta al que reniega de la fe de Mohamed, señor de los hombres!» Esta voz era de la princesa, que nos mostraba al efrit enteramente convertido en un montón de cenizas. Después llegó hasta nosotros y dijo: «Aprisa, dadme una taza con agua.» Se la trajeron, pronunció la princesa unas palabras incomprensibles, me roció con el agua, y dijo: «¡Queda desencantado en nombre del único Verda-