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Página:Las mil noches y una noche v2.djvu/101

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HISTORIA DEL VISIR NUREDDIN...

sus pliegues bien hechos, su turbante de Bassra, su ropón, y colgando, los cordones de la bolsa. Y nuevamente le habló Sett El-Hosn desde el in- terior del lecho y le dijo: «¿Qué haces, mi querido? ¡Te veo perplejo y tembloroso! ¡Ah! ¡No estabas asi al principio!>>

Entonces, Badreddin, sin levantarse y apretán- dose la frente con las manos, empezó á abrir y á cerrar la boca, con una risa de loco, y al fin pudo decir: «¿Qué principio? ¿Y de qué noche? ¡Por Alah! ¡Si hace años y años que me ausenté!»

Entonces Sett El-Hosn le dijo: «¡Oh querido mio! ¡Tranquilizate! ¡Por el nombre de Alah sobre ti y en torno de ti! ¡Tranquilízate! Hablo de esta noche que acabas de pasar en mis brazos, ¡la noche del poderoso ariete! Saliste un instante y has tardado cerca de una hora. Pero ya veo que no te encuen- tras bien. ¡Ven, ojos míos, á que te dé calor; ven, alma mia!>>

Pero Badreddin siguió riendo como un loco, y dijo: «¡Puede que digas la verdad! ¡Es posible que me haya dormido en el retrete y que haya soñado!»> Después añadió: «¡Pero qué sueño tan desagrada- ble! Figúrate que he soñado que era algo asi como cocinero ó pastelero en la ciudad de Damasco, en Siria, muy lejos de aquí, y que vivía diez años en ese oficio. He soñado también con un muchacho, se- guramente hijo de noble, al que acompañaba un eu- nuco. Y me ocurrió con él tal aventura...» Y el po- bre Hassán, notando que el sudor le bañaba la fren-