examinó el astrolabio, volvió, y me dijo: «Has de saber que este viernes es el décimo dia del mes de Safar del año 763 de la hégira de nuestro Santo Profeta; ¡vayan á él la paz y las mejores bendicio- nes! Y lo sé por la ciencia de los números, la cual me dice que este viernes coincide con el preciso momento en que se verifica la conjunción del pla- neta Mirrikh con el planeta Hutared, por siete gra- dos y seis minutos. Y esto viene á demostrar que el afeitarse hoy la cabeza es una acción fausta y de todo punto admirable. Y claramente me indica. también que tienes la intención de celebrar una en- trevista con una persona cuya suerte se me mues- tra como muy afortunada. Y aún podría contarte más cosas que te han de suceder, pero son cosas que debo callarlas. >>
Yo contesté: «¡Por Alah! Me ahogas con tanto discurso y me arrancas el alma. Parece también que no sepas mas que vaticinar cosas desagrada- bles. Y yo sólo te he llamado para que me afeites la cabeza. Levántate, pues, y aféitame sin más discursos.» Y el barbero replicó: «¡Por Alah! Si su- pieses la verdad de las cosas, me pedirías más por- menores y más pruebas. De todos modos, sabe que, aunque soy barbero, soy algo mas que barbero. Pues además de ser el barbero más reputado de Bagdad, conozco admirablemente, aparte del arte de la medicina, las plantas y los medicamentos, la ciencia de los astros, las reglas de nuestro idioma, el arte de las estrofas y de los versos, la elocuen-