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Página:Las mil noches y una noche v22.djvu/100

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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

tenderme la mano izquierda? Yo no pruebo en las manos izquierdas.» Y Dalal, muy azorada por tener que mostrarle su mano derecha, que era verde como el trébol, le dijo: «Es que me duele la mano derecha.» Él le dijo: «¿Qué tiene que ver? No quiero mas que verla con mis ojos, y sabré la medida.» Y Dalal le enseñó su mano.

Y he aquí que en cuanto el pesador del mar de Esmeralda vió la mano de Dalal, que tenía la señal verde, comprendió que era ella quien había cogido la escudilla de agua. Y de improviso la tomó en brazos, y la transportó á presencia del sultán del mar de Esmeralda. Y le hizo entrega de ella, diciendo: «Ha robado una escudilla de tu agua, ¡oh rey del mar! Y tú sabrás lo que tienes que hacer con ella.»

Y el sultán del mar de Esmeralda miró á Dalal con ira. Pero en cuanto sus ojos se posaron en ella, quedó conmovido por su belleza, y le dijo: «¡Oh joven! Voy á hacer mi contrato de matrimonio contigo.» Ella le dijo: «¡Qué lástima! Pero estoy casada, por contrato lícito, con un joven semejante en hermosura á la estrella Canope cuando brilla sobre el mar.» Entonces le dijo él: «¿Y no tienes una hermana que se te parezca, ó una hija, ó incluso un hijo?» Ella dijo: «Tengo una hija de diez años, que hoy es núbil y que se parece á su padre en hermosura.» Él dijo: «Está bien.» Y llamó al pesador del mar de Esmeralda y le dijo: «Lleva á tu señora al sitio de donde la sacaste.» Y el pesador la cogió á