Y Omar exclamó: «Cierto que me has dicho la verdad. Alah extienda sobre ti sus gracias. >> Y admiró la virtud y el valor de aquella muchacha, le recomendó perseverancia en las buenas obras, é hizo votos por ella al cielo. Luego salió. Y al partir, dijo al padre: «¡Alah colme de bendiciones tu casa! Virtuosa hija es tu hija. ¡Bendita sea! Ya le he hecho exhortaciones y recomendaciones. >> Y el venerable jeique ansariano contestó: «¡Alah te conduzca á la dicha, ¡oh Emir de los Creyentes! y te dispense los favores y beneficios que desee tu alma!»
Luego el joven rico, tras de tomar algún repo- so, continuó: <«Ahora, para cambiar de asunto, voy á contaros la historia de LA CANTARINA SALAMAH LA AZUL.>>
Y dijo:
La cantarina Salamah la Azul
«El hermoso poeta, músico y cantor Mohammad el Kúfico cuenta esto:
>>Jamás tuve, entre las jóvenes y las esclavas á quienes daba lecciones de música y de canto, una discípula más bella, más viva, más seductora, más espiritual y mejor dotada que Salamah la Azul.