Entonces Scharkán exhaló un grito terrible, un solo grito, y cayó sobre el arzón de la silla. Y el maldito Afridonios, dejándole por muerto, lanzó su grito de victoria, grito de traición, y galopó hacia las filas de los cristianos.
Pero en cuanto los musulmanes vieron caer á Scharkán con la cara contra el arzón de la silla, acudieron á socorrerle, y los primeros que llegaron hasta él fueron...
En este momento de su narración, Schahrazada vió aparecer la mañana, y como de costumbre, in- terrumpió su relato.
PERO CUANDO LLEGÓ LA 103. NOCHE
Ella dijo:
...y los primeros que llegaron hasta el fueron el visir Dandán y los emires Rustem y Bahramán. Lo levantaron en brazos y se apresuraron á llevarle á la tienda de su hermano, que habia llegado al limite más extremo del dolor y de la indignación, clamando por vengarse. En seguida llamaron á los médicos, y se les confió á Scharkán. Y todos los presentes rompieron en sollozos, y pasaron la noche alrededor de la cama en que estaba tendido el héroe, que se- guia desmayado.