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Página:Las mil noches y una noche v5.djvu/50

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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

tús, astro querido, cuya claridad deslumbraba á todas las estrellas de los cielos?

¡El abismo infinito de tu tumba, toh joya preciada! está iluminado por la claridad que le prestas en el seno de nuestra última madre, hermano mio!

¡Y hasta el sudario que te cubre, los pliegues de tu sudario, tomaron vida al contacto tuyo y se extendieron como alas para cobijarte!

Y recitadas estas estrofas, rompió en llanto el rey, y con él todo el ejército. Entonces avanzó el visir Dandán, se arrojó sobre la tumba, la besó, y con voz ahogada por las lágrimas, recitó estos versos:

¡Acabas de cambiar sabiamente las cosas perecede- ras por las inmortales! ¡Seguiste el ejemplo de tus ante- cesores en la muertel

¡Has emprendido el vuelo hacia las alturas, alli donde las rosas forman alfombras perfumadas bajo los pies de las huries! ¡Ojalá te deleites alli con todas las cosas nuevas!

¡Quiera el Dueño del trono iluminado reservarte el mejor sitio de su paraiso, y poner al alcance de tus la- bios los goces reservados á los justos de la tierra!

Y asi fué como terminó el luto por Scharkán. Pero Daul'makán seguía muy triste al verse se- parado de su hermano, mucho más cuanto que el sitio de Constantinia amenazaba prolongarse. Y un