dán, y le dijo: «¡Oh mi visir! He aquí que la noche tiende sobre nosotros su amplio ropaje y su cabe- llera, y sólo aguardamos para nuestro deleite la his- toria entre las historias que nos has prometido.»
En este momento de su narración, Schahrazada vió aparecer la mañana, y discretamente, aplazó su relato para el otro día.
PERO CUANDO LLEGÓ LA 106. NOCHE
Ella dijo:
El rey Daul'makan dijo, pues, al visir Dandán: ¡Oh mi visir! He aquí que la noche tiende sobre nosotros su amplio ropaje y su cabellera, y sólo aguardamos para nuestro deleite la historia entre las historias que nos has prometido.» Y el visir Dandán contestó: «¡De todo corazón y como home- naje debido! Pues sabe, ¡oh rey afortunado! que la historia que voy á contarte sobre Aziz y Aziza, y sobre todas las cosas que les sucedieron, es una historia hecha para disipar todos los pesares del corazón y para consolar de un luto, aunque fuese. más grande que el de Yacub. Hela aquí: