PERO CUANDO LLEGÓ LA 109.a NOCHE
Ella dijo:
...En cuanto al visir y la comitiva, viajaron sin ningún contratiempo; y llegados á tres jornadas de la Ciudad Verde, enviaron un correo para que los anunciara al rey Soleimán-Schah.
Cuando el rey supo la llegada de su esposa, se estremeció de placer, y dió un hermoso traje de honor al correo anunciante. Y mandó á todo su ejército que fuera al encuentro de la reina con los estandartes desplegados, y los pregoneros públicos invitaron á toda la ciudad á formar parte de la co- mitiva, de modo que no quedase en las casas ni una sola mujer, ni una sola doncella, ni siquiera una sola anciana, aunque estuviese caduca ó imposibili- tada por la edad. Y nadie dejó de salir al encuen- tro de la novia. Y cuando toda la gente llegó alre- dedor del palanquin, se acordó que la entrada en la ciudad se verificaría por la noche con gran pompa.
Así, pues, en cuanto llegó la noche, los notables de la ciudad mandaron iluminar por su cuenta to- das las calles y el camino que llevaba hasta el pa- lacio del rey. Y formaron en dos hileras á lo largo del camino, y los soldados cubrieron la carrera, for- mados á derecha é izquierda, y en todo el trayecto