plaza principal i se ordenó que antes de la ejecucion, el verdugo cortara la mano derecha de la niña Juana, por haber escrito con ella algunas de las correspondencias que le dictaba su madre.
Felizmente cuando el suplicio iba a consumarse, Marcó ordenó se suspendiera la ejecucion. ¿Cuál fué la causa de este perdon inesperado? Hai quienes lo atribuyen a las influencias de algunos realistas i otros al temor de la indignacion que semejante suplicio despertaría en un pueblo ya prevenido i pronto a lanzarse en la revuelta.
La señora Monasterio i su hija fuéron conducidas silenciosamente a su casa por algunos amigos. Ai! en vez de aquella mujer arrogante se les entregaba solo un glorioso cadáver! — La humedad del calabozo, las mil privaciones de que se la hizo víctima, las amenazas contínuas, el sentimiento de ver perdida la causa de la patria, el patíbulo que se alzaba al frente de su prisión, el martirio brutal de que se iba a hacer víctima a su hija, toda esta enormidad de dolores abatió su naturaleza, i al salir de la prisión la señora Monasterio llevaba impre-