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Las mujeres saben callar.
tradas a las cárceles, San Bruno, el furioso ajente de la tiranía agonizante, las amenaza e insulta brutalmente. Pero las mas severas indagaciones, las mas violentas pesquisas no descubrian nada. Todas las mujeres, señoras i plebeyas, se empeñaban en borrar con su pié la huella que dejaba en los caminos el infatigable guerrillero, i sin este admirable complot del silencio femenino la espada invisible de Manuel Rodriguez no habria podido señalar a los libertadores la senda de la victoria.
Manuel Rodriguez ocultó a Marcó el paso del ejército libertador; pero a su vez las mujeres de entónces ocultaron al héroe; i con su silencio hicieron de él un personaje casi misterioso o fantástico.