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Plutarco.—Las vidas paralelas.

raba ni la lengua ni las letras griegas, y Artavasdes componia tragedias, y habia escrito oraciones é historias, de las cuales algunas todavia se conservan. Cuando la cabeza de Craso fué conducida á las puertas del palacio, no se habian levantado las mesas, y un representante de tragedías, llamado Jason, natural de Trallis, eslaba cantando el pasaje de Agave de la tragedia de Eurípides Las Bacantes.

En medio de los aplausos que se le daban, se presentó Silaces ante el Rey, y adorándole, arrojó en medio la cabeza de Craso. Grande fué con esto la algazara de los Partos, su alegría y su júbilo; y habiendo hecho los sirvientes tomar asiento á Silaces de órden del Rey, Jason dió las ropas y ornato de Penteo á uno de los del coro, y tomando él la cabeza de Craso en la mano, se puso á hacer el bacante, y recitó con entusiasmo y con canto aquellos versos:

Del monte á nuestro techo Esta dichosa caza Traemos ahora mismo De flecha traspasada.

Esto fué de diversion para todos; pero cantándose en seguida los otros versos alternados con el coro:

¿Quién le tiró primero?

Mio, mio es el premio; entonces levantándose Pomaxitres, que tambien asistia á la cena, echó mano á la cabeza, diciendo que aquello más le tocaba á él que al actor; lo que cayó muy en gracia al Rey; y habiéndole remunerado segun la costumbre patria, dió á Jason un talento. Este término se dice haber tenido la expedicion de Craso, acabando verdaderamente como una tragedia. Hirodes y Surena experimentaron al fin castigos dignos, el uno de su crueldad y el otro de su perju-