Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo II (1879).pdf/100

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
102
Plutarco.—Las vidas paralelas.

muchos, con dificultad se defendian. Timoleon, pues, luego que entendió lo sucedido corrió en su auxilio, y oponiendo el escudo del rendido Timofanes, acosado con los dardos y con los golpes que de cerca se dirigian contra su cuerpo y contra las armas, ahuyentó, no sin gran trabajo, á los enemigos, y salvó al hermano. A poco los de Corinto, temerosos no les sucediese lo que antes de parte de sus aliados, que fué perder la ciudad, decretaron mantener cuatrocientos extranjeros, y nombraron caudillo de ellos á Timofanes; mas éste, olvidado de toda honestidad y justicia, inmediatamente empezó á trabajar por reducir la ciudad á su dominacion; y quitando del medio sin forma ninguna de juicio á muchos de los ciudadanos más principales, se erigió abiertamente en tirano. Sentíalo extraor dinariamente Timoleon, y mirando como su mayor desgracia la perversidad del hermano, procuró hablarle y exhortarle á que desistiendo de la locura é infelicidad de semejante proyecto, viera el modo de enmendar el yerro cometido contra sus conciudadanos. Oyóle aquél con indignacion y desprecio; y él entónces, tomando consigo de los de la familia á Esquilo, que era hermano de la mujer de Timofanes, y de los amigos á un agorero, que Teopompo dice ser su nombre Sátiro, y Eforo y Timeo Ortágoras, despues de haber pasado algunos dias, subió de nuevo á ver al hermano, y rodeándole los tres, le rogaban, y con razones le persuadian á que se arrepintiera de su propósito; mas como Timofanes al principio les respondiese con mofa, y despues se irritase y enfadase con ellos, Timoleon se retiró á un lado, y cubriéndose con su ropa, lloraba su desgracia; pero los otros, desenvainando las espadas, dieron muy pronto cuenta de él.

Divulgose el hecho, y los Corintios de más juicio celebraban en Timoleon su aversion á lo malo y su grandeza de alma, por cuanto siendo hombre bueno y recto, antepuso la patria á su casa, y lo honesto y lo justo á lo útil, salvando