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Plutarco.—Las vidas paralelas.

una retirada al monte llamado Olocro: de manera que Emilio rasgó, segun dice Posidonio, sus vestiduras al ver que éstos cedian y que los demas Romanos evitaban la falange, en la que no podian hacer mella; sino que con la espesura de las lanzas, como con un vallado, se les presentaba por todas partes invencible. Mas como por ser luego el terreno desigual, y no poder la fila mantener firme la reunion de los escudos, advirtiese que la falange de los Macedonios empezaba á tener muchas interrupciones y muchos claros, como es preciso que suceda en los ejércitos grandes y en los encuentros diferentes de los que pelean, deleniéndose en unas parles y adelantándose en otras, recorrió repentinamente y dividió sus escuadronesdándoles órden de que metiéndose por los claros y vacíos de los enemigos, y trabándose con ellos, no lidiaran una sola batalla contra todos, sino muchas ó interpoladas por partes. Luego que Emilio enteró de esto á los jefes y los jefes á los soldados, dividiéndose éstos y metiéndose dentro de la formacion, acometieron á unos por los costados que no tenian defensa, y cayeron con impetu sobre otros, pues ya rota la falange, su fuerza y su accion unida enteramente, se habia desvanecido; y como en estos combates singulares y contra pocos los Macedonios hiriesen con sus cortos alfanjes en unos escados firmes y muy anchos, y resistiesen mal con sus endebles adargas á las espadas de aquellos, que por su pesadez y la firmeza de los golpes pasaban por entre toda armadura hasta la carne, se entregaron á la fuga.

Grande era la contienda contra éstos; y en ella Marco el hijo de Caton, yerno de Emilio, que había dado pruebas del mayor valor, perdió la espada. Como era propio de un jóven instruido en muchas ciencias, y que á su gran padre era deudor de hechos correspondientes á una gran virtud, teniendo por la mayor afrenta que vivo él quedara una prenda suya en poder de los enemigos, corre la línea, y