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Plutarco.—Las vidas paralelas.

aliento y valor admirable; y, lo que para la milicia es todavía más importante, los hizo tan ágiles y prontos, y los adiestró de manera á maniobrar juntos y á volver y revolver cada uno su caballo, que por la prontitud en las evoluciones la formacion toda no parecia sino un cuerpo sólo que se movia por impulso espontáneo. Sobrevinoles la batalla del rio Lariso contra los Etolios y los Eleos, y el general de la caballería de los Eleos, Damofanto, saliéndose de la formacion, se dirigió contra Filopemen: admitió éste la provocacion, y marchando á él, se anticipó á herirle derribándole con un bote de lanza del caballo. Apénas vino al suelo, huyeron los enemigos; y se acrecentó la gloria de Filopemen, por verse claro que ni en pujanza era inferior á ninguno de los jóvenes, ni en prudencia á ninguno de los ancianos, sino que era tan á propósito para combatir como para mandar.

La liga de los Aqueos empezó á gozar de alguna consideracion y poder á esfuerzos de Arato que le dió consistencia, reuniendo las ciudades ántes divididas, y estableciendo en ella un gobierno propiamente griego y humano.

Despues, al modo que en el fondo del agua empiezan á posarse algunos cuerpos pequeños y en corto número al principio, y luego cayendo otros sobre los primeros y trabándose con ellos, forman entre sí una materia compacta y firme; de la misma manera á la Grecia, débil todavía y fácil de ser disuella, tomadas con separacion las ciudades, los Agaeos la empezaron á afirmar tomando por su cuenta auxiliar á unas de las ciudades comarcanas, libertar á otras de la tiranía que sufrian, y enlazarlas á todas entre si por medio de un gobierno uniforme; y por este medio se propusieron constituir un solo cuerpo y un solo Estado del Peloponeso. Pero en vida de Aralo todavía en las más de las cosas tenian que ceder á las armas de los Macedonios, haciendo la corte á Tolomeo y despues á Antigono y á Filipo, que se mezclaban en todos los negocios de los