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Plutarco.—Las vidas paralelas.

turas y gobiernos se hubiesen conservado puros de adquisiciones injustas; pero Agis se hubiera dado por ofendido de que redujeran su alabanza á no haber tomado nada de lo ajeno, cuando habia dado á los ciudadanos su propia hacienda, que sin contar las demas especies de riqueza, sólo en dinero montaba á seiscientos talentos.

¡Hasta qué punto tendria por malo el adquirir por medios illcitos quien graduaba de codicia el tener más que otro!

á En la decision y atrevimiento para las innovaciones hubo grandisima diferencia: porque las medidas de gobierno de uno fueron construir caminos y fundar ciudades; y lo que pidió más arrojo en Tiberio fué el haber salvado los campos públicos, y en Cayo el haber alterado la forma de los juicios con aquellos trescientos del órden ecuestre que agregó á los senadores; pero la reforma de Agis y Cleomenes, para quienes el ir remediando y reparando los desórdenes por partes y poco a poco no era más que cortar la cabeza de la hidra, segun la sentencia de Platon, indujo en la administracion de la república una mudanza capaz de hacer desaparecer de una vez todos los males; aunque quizá se dirá con más verdad que destruyendo una mudanza que habia sido la causa de todos los males, redujo y restituyó la república á su propia y primitiva forma. Podria tambien decirse que las novedades de los Gracos encontraron repugnancia en los Romanos de mayor autoridad y poder; cuando las que Agis intentó, y Cleomenes llevó al cabo, tenian por fundamento el ejemplo más recomendable y más insigne en las retras ó leyes patrias sobre la sobriedad y la igualdad, aprobadas una por. Licurgo y otras por Apolo; pero lo de mayor consideracion es que Roma con las disposiciones de aquéllos nada adelantó en su grandeza sobre lo que ya tenta; siendo así que con las novedades introducidas por Cleomenes vió la Grecia al cabo de poco tiempo que Esparta dominó en el Peloponeso, y lidió con los que tenian entonces el mayor poder el más glorioso de