Página:Las vidas paralelas de Plutarco - Tomo IV (1880).pdf/49

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
51
ALEJANDRO.

piada por este mismo término, y estas cartas tenía cuidado de reservarlas; sólo una vez, leyendo juntamente con él Hefestion, pues solía tener esta confianza, una de estas cartas que acababa de abrir, no se lo prohibió, sino que se quitó el anillo, y le puso á aquél el sello en la boca. Al hijo de Maceo, aquél que gozaba de la mayor privanza con Dario, teniendo una satrapía, le dió con ella otra mayor; mas éste la rehusó diciendo: «Antes, oh Rey, no habia más de un Darío, pero tú ahora has hecho muchos Alejandros.» A Parmenion, pues, le dió la casa de Bagoas, en la que se dice haberse encontrado en muebles de Susa hasta mil talentos. Escribió á Antipatro que se rodeara de guardias, pues habia quien le armaba asechanzas. A la madre le dió y envió muchos presentes; pero nunca le permitió mezclarse en el gobierno ni en las cosas del ejércilo; y siendo de ella reprendido, llevó blandamente la dureza de su genio; y una vez habiendo leído una larga carta de Antipatro, on que trataba de ponerle mal con ella, no sabe Antipatro, dijo, que una sola lágrima de una madre borra miles de cartas.» Habiendo visto que cuantos tenía á su lado se habian entregado enteramente al lujo y al regalo, haciendo excesivos gastos en todo lo relativo á sus personas, tanto que Agnon de Teyo llevaba clavos de plata en los zapatos; Leonato se hacía traer del Egipto con camellos muchas cargas de polvo para los gimnasios; Filotas habia hecho para la caza toldos que se extendian hasta cien estadios; y que eran más los que para ungirse y para el baño usaban de mirra que de aceite, llegando hasta el extremo de tener mozos únicamente destinados á que les rascasen y conciliasen ol sueño, los reprendió suave y filosóficamente, diciendo maravillarse de que hombres que habian sostenido tantos y tan reñidos combates, se hubieran olvidado de que duermen con más gusto los que trabajan que los que están ociosos; y de que no vieran, comparando su método