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Plutarco.—Las vidas paralelas.

la ropa, y no hizo el menor movimiento al llegarle el fuego; sino que manteniéndose en la misma postura en que se habia recostado, se ofreció á sí mismo en víctima, segun el rito patrio de los sofistas de aquel país. Esto mismo hizo muchos años despues otro Indio de la comitiva de César en Alenas; y hasta el dia de hoy se muestra su sepulcro, que se llama el sepulcro del Indio.

Vuelto Alejandro de la hoguera, convidó á muchos de sus amigos y de los generales á un banquete, en el que propuso un certámen de intemperancia en el beber, y corona para el que más se desmandase. Promaco, que fué el que bebió más, llegó hasta siete azumbres y cuartillo, y recibiendo la corona de la victoria, estimada en un talento, sobrevivió tres dias. De los demas dice Gares que cuarenta y uno murieron en el acto de beber, habiéndoles acometido un frio violento en seguida de la embriaguez. Celebró en Susa las solemnes bodas de sus amigos; y tomando él mismo por mujer á la hija de Darío, Estatira, repartió las más principales á los más ilustres, y de una vez hizo á éstos y álos demas Macedonios, que ya ántes se habian casado, el obsequio del banquete nupcial; en el que se dice que siendo nueve mil los convidados, se dió á cada uno una copa de oro para las libaciones; y å este respecto fué todo lo demas en maravillosa manera. Pagó sobre esto de su caudal á los banqueros el dinero que aquellos les debian: habiendo subido todo su importe á la suma de diez mil talentos, ménos ciento y treinta. Sucedió que el tuerto Antigenes se inscribió falsamente entre los deudores; y presentando en la mesa uno que dijo haberle hecho el préstamo, se le entregó el dinero; mas como despues se descubriese la falsedad, irritado el Rey, le arrojó de la corte, y le despojó de la dignidad de general. Era Antigenes muy distinguido entre los militares; v siendo todavía muy jóven cuando Filipo sitió á Perinto, se le metió por un ojo una saeta lanzada con catapulta, y no permitió que se la sacasen, ni aflojó en el combate hasta