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NUEVO SISTEMA

danos en la sociedad de los espíritus; Dios ha provisto tan acertadamente su conservación, que los cambios de materia no pueden hacerles perder las cualidades morales de su personalidad. Y puede decirse que todo tiende a la perfección, no sólo del universo en general, sino de esas criaturas en particular, destinadas a tan alto grado de felicidad, que el universo está interesado en ella, por virtud de la divina bondad, que se comunica a cada cual, en la medida que puede permitirlo la suprema sabiduría.

9. Por lo que toca al ordinario curso de los animales y otras substancias corpóreas, cuya extinción entera ha sido admitida hasta ahora y cuyos cambios más dependen de reglas mecánicas que de leyes morales, advertí con satisfacción que el autor del libro de la Dieta, atribuído a Hipócrates, vislumbró algo de la verdad, cuando dice en términos expresos que los animales ni nacen ni mueren, y que las cosas, que creemos comienzan y luego perecen, no hacen más sino aparecer y desaparecer. Esta opinión era también la de Parménides y Meliso, según Aristóteles; que aquellos antiguos eran más sólidos de lo que se cree.

10. Estoy dispuestísimo a hacer justicia a los modernos; pero creo que han llevado la reforma demasiado lejos; entre otras cosas, confundiendo lo natural con lo artificial, por no haber tenido ideas bastante grandes de la majestad de la naturaleza. Tienen la concepción de que la diferencia que existe entre sus máquinas y las nues-