jar saludable, q aplaze al gusto del alma y sus poté cias. Prosiguiendo pues lo que tengo começado, pues no tengo cuenta con los letrados ilustres, lo mas bie q supiere, dare a mis hermanos la comida que desseo. Prouca Dios, que no me vědá la costa de mi trabajo enel Egypto de murmuració y em bidia, segú que los hijos del Patriarca Jacob vendieron a su hermano Joseph. Pero aduertiédo, que los q tienen acostubrado el apetito alas lecciones ya dichas, no vernian desseosos al vaquete destas, auiedo de passar de vn estremo a otro, propuse dar les de comer la perdiz desta historia, alboroçada conel artificio delas que les solian caer en gusto. Porq mas engolosinadose enella, pierdan el sabor delas fingidas, y aborreciendolas, se ceuen de esta que no lo es. Paraq despues deste pasto, como sue len algunos padres recitar a sus hijos las patrañas delos caualleros de burlas, les euëten y hagan leer las marauillas delos guerreros de veras. Causará esta leccion vn bien tan grande, si con animo espiritual es proseguida, q cayédo los sabios enel caso a la vanidad mundana, nose trassudaran por hazer a sus hijos Hectores y Hercules en fuerças corporales: ni Midas y Crassos en temporales riquezas: pero haziendolos y mitadores delas heroy cas virtudes delos santos caualleros enesta caualler ia celestial canonizados, les procuraran las bēdiciones de sus riquezas y esfuerços espirituales. Aqui hallará traçada no vna tabla redőda, mas muchas: no vna sola auentura, mas venturas diuersas: y esto no por industria de Merlin, ni de Vrganda la desconocida, mas por la diuina sabiduria del Verbo hijo de Di-
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Apariencia