hijo incessablemente procede. Y eran las tres diuinas personas vna misma, indiuisible substancia, y vn mismo poder, vn querer, y vn saber enel criar. Viendo pues la Majestad immesa de Dios Empera dor soberano las cosas y causas dellas, y los casos por venir teniedo presentes, y viendo en su diuina mente todo lo que se auia de hazer, los siglos, y lo los que tiempos rodean, pareciole, que todo era su reyno, pues a todo auia de dar el ser, y perficio. Determinadolo assi, quádo plugo a su diuina Majes tad manifestar por sus criaturas su immensa grandeza: entonces aunque secreta en su eternidad, sola ella perfetaméte se conocia, crio, para dar noticia de si, dos tablas redondas, la del cielo y la del suelo. Para este diuino efecto adorno lo informe enl prin cipio dela general creacion, y perficionadolo con sus formas, crio el múdo temporal, y no eterno, y có vn ordé diuino ordeno los tiempos. Tomo su deidad ineffable la obra enla palabra, y no enla ma no, y conel poder della, fabrico la mesa celestial. Començo con hazer el orbe a enseñar el finor de su diuina sabiduria, pues por su arte llena delas formales razones de todas las cosas, q es el Verbo su proprio hijo, lo crio todo. Cópuso tabien la hermosa mesa redōda del suelo, de cuya fabrica exceléte se tratara despues. Puesta ya la celestial mesa pa ra ser mirada quadovuiesse racionales hōbres para verla, pues los irracionales brutos inclinados hazia la tierra no la auiá de ver, mostro por el enues della muy estrañas marauillas, pues la faz de su riqueza solo se podia contëplar conel espiritu. Parecio el jazpes de sus varios colores, la taracea delas radia-
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Apariencia