todos a vna boz dexaron en volútad de su señor la determinacion delas cortes. No pusieron enellas agrauio alguno, pues no lo tenian tal que no fuesse contra ellos, y en su daño, especialmente si dela luscia diuina se querian querellar. Sabida por Luzbel la voluntad de sus caualleros, pues entre ellos no auia querellante alguno, cerro enla hora las cortes. Declaro enellas la guerra contra los hombres a fuego de concupiscencia, y a sangre de muerte: y para los grandes gastos que para ella se le ofrecian, les pidio seruicio. Otorgaron se lo de grado todos sus cortesanos y vassallos, ofreciendole todos sus males: pues no quedaron con bienes algunos despues que perdieron la gracia del summo Bien. Mando entonces Luzbel alos trompetas de su malicia, q pregonassen la guerra para la primauera dela primera venida del hombre al mundo. Hecho esto nombro Centuriones, Decuriones y Tribunos: y encomendo a cada vno delos electos las legiones que conuenian para guerrear a su tiem po al humano linaje. Alojaronse muchas vanderas destos Espiritus enla media regió del ayre: para que formando sus poderosos exercitos quando tal necessidad vuiesse, estuuiessen mas a mano con sus phalanges alas estancias delos hombres, con quienes auían de pelear. Mando tambien alos visoños que mientra tyrones y nouicios fuessen, dexassen hazer la guerra alos veteranos, y peleassen a consejo delos emeritos; y que so pena de graues penas, no hiziessen correrias algunas sin su licencia: porque auiendo de ser de almas las conquistas que esperauan hazer, no pusiessen en riesgo su reputa-
cion,