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Página:Libro de cavalleria celestial del pie de la rosa fragante.djvu/95

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FRAGANTE.

verse desnudos, sin ropas corporales, y Adam desarmado delas armas dela gracia, que enla batalla perdiera: cubrieronse en verse tales delas verdes ho jas que les presto el arbol: de modo que los ricos Principes, que antes dela perdida de su estado podian prestar a todos riquissima naturaleza, eran ve nidos despues tan a menos, y a ser tan pobres, que necessitauan mucho delas hojas que los arboles abundauan. Pero aunque se armo Adam de aquellas frescas plantas, valieronle muy poco para ampararse del poderoso encuentro, que recibio enla vista del supremo Emperador. Passeauase su Magestad por aquel Parayso, al ayre fresco despues de medio dia, parece, que tocandole enel pecho aquella suaue Aura, lo retardaua del castigo que queria hazer enlos delinquentes. Parecia, que yua platicando en si la diuina Magestad la manera, y el como los determinaua castigar, quando fue sentido de aquellos acouardados Principes, los quales en auerle oydo, se escondieron de medrosos. Llamo entonces el Señor a su cauallero, diziendole: Adam adōde estas? Como quien quiere dezir: En la gracia te dexe, y enel pecado te hallo: estauas en la vida, y veniste ala muerte: en descanso biuias, y agora moriras de trabajo: y porque enel estado que estas, y has de estar, al presente te ygnoras, para que mejor lo sepas, quiero saber de ti, como te fue enla batalla que con Luzbel vuiste? y tambien, si assi como la comida del fruto te mostro que desnudo estauas, si te auiso, de quan caro te auia de costar el escote? A esto respondio Adam con humildad y erubescecia: Ay señor Dios mio, senti la

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