briosamente arrojado á la pronta consecución de los modernos progresos materiales....., tentado por los adelantos de la mecánica, los beneficios positivos de las ciencias de aplicación, la codicia mercantil y el utilitarismo industrial, en el peligro de aceptar opiniones exóticas y de caer en el pernicioso abismo de las ideas materialistas y de llegar á ese falso grado de civilización por el cual las cosas llegan á valer más que las personas, el sensualismo á matar la noble vida del espíritu..... y, en fin, á conseguir bienes materiales, pero á desconocer la verdadera vida, la vida moral, la vida de las almas....., ¿quiénes sino los poetas han de librar de estos males? ¿Quiénes han de evitar estos peligros en los pueblos sino los hombres de armónica mentalidad y de sublimes inspiraciones? ¿Quiénes, sino los poetas?
Miguel Moreno debe proseguir y proseguirá en la obra comenzada. ¡Sacrificio, sin duda, penosísimo! ¡Sacrificio....., pero al cabo del cual podrá sentir la íntima satisfacción de haber convertido por los encantos de su lira..... los corazones de piedra en corazones de carne, las almas negras, opacas, en albeas y luminosas!
Madrid, 1907.
