Página:Literatura policial en la Argentina. Waleis, Borges, Saer.djvu/33

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manifestación más superficial y explícita de la orientación hacia la relectura que caracteriza al género. las dificultades del caso: estos lugares comunes del policial no son sino la también con respecto a la figura del detective. Las relaciones entre el narrador, el criminal, el detective y el lector han interesado desde siempre a los críticos del género. La critica ha señalado tres analogías: la primera vincula al narrador con el criminal; la segunda, al detective con el lector; la tercera analogía vincula entre sí a las dos primeras". Este juego de relaciones se ha expresado así: el narrador es al criminal lo que el lector es al detective. O también: el narrador es al lector lo que el criminal es al detective. Cualquiera sea su formulación, este sistema de correspondencias implica un paralelismo entre la relación narrador-lector y el conflicto criminal-detective. El criminal sería una personificación de la escritura, o más exactamente, de ciertas estrategias narrativas, y el detective representaría, por su parte, una personificación de la lectura. Si se continúa esta linea de argumentación no es difícil llegar a la conclusión de que tanto el criminal como el detective, ya que sólo enmascaran funciones narrativas y de lectura, pueden ser reemplazados u omitidos sin mayores consecuencias en la construcción de una ficción policial. ¿El detective es un personaje redundante y por lo tanto eliminable? Ante esta pregunta, una concepción restricta y una concepción amplia del policial vuelven a exponer sus diferencias. Una concepción restricta proviene de considerar el género en el nivel de sus textos. Observará entonces que su género está compuesto por un gran número derficciones en las que casi siempre, o siempre, según el recorte que realice, figura un detective como protagonista. Considerará también el rango de mito adquirido por algunos de estos personajes (Dupin, Sherlock Holmes, Sam Spade, Marlowe, Poirot, Maigret)”. A partir de estos datos concluirá que sobran razones para conceder al detective el título de "rasgo esencial" del género. Una concepción amplia estará de acuerdo en todo salvo en la conclusión. Esta concepción proviene fundamentalmente de considerar el género en el nivel de sus posibilidades. Le interesará menos la fama y la omnipresencia de los detectives en los textos del género que la singular relación que establece el policial desde Poe entre detective y lector (investigación y lectura). Considerando que esta relación 34 10. Una concepción amplia y una concepción restricta del policial discrepan