— 165 —
Un ramo de hojas vino a reemplazar a las dos primitivas y poco después echó una guía.
Púsele un hilo en la pared para que se enroscara y ahí está mi plantita. Sus raíces han llenado el vaso y parecen, vistas contra el vidrio, un manojo de cordoncitos enredados. Pe- ro dice la señorita que mi amiguita no vivirá mucho, porque la vasija es estrecha y le falta a la planta el ali- mento de la tierra.
¡Es lástima! yo hubiera querido verlo llenarse de flores y luego de vainas ver- des que encerraran hermo- sos porotos blancos, iguales al que me sirvió de semilla.
De todas maneras, esta siembra me ha enseñado una cosa, y es: que dentro de la semilla está el germen de la planta y que basta la acción del agua y del sol para hacerlo desarrollar.
X En la semilla está el germen de la planta.