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y, sabiendo cuánto bien hace el libro, dejó su bi- blioteca al Estado, es decir, al pueblo que tanto quiso y al que consagró su vida.
Sencillo y afable con los humildes, Mitre gustaba de confundirse con el pueblo, y nadie acudía a él sin encontrar ayuda o sano consejo.
Una originalidad de este grande hombre era su chambergo, que le daba aire más popular aún y que se conserva en el Museo Mitre como una reliquia.
He aquí nuestro modelo; modelo de labor, de hon- radez, de desinterés, de patriotismo, de modestia y de dulzura. ¡Sea Mitre, por muchos siglos, el modelo del pueblo argentino!
Bartolomé Mitre trabajando en su biblioteca, perteneciente hoy al pueblo que tanto amó.