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LOS PROPÓSITOS DE MARGARITA
¡Chist! no digan na- da. Es una sorpresa. Yo soy una chica algo inquieta, según dice la señorita. Mis trave- suras suelen causarme más de un disgusto, pues a veces mis notas en comportamiento no son las que papá y mamá desearían. Pero yo les aseguro que hago lo posible por enmendarme y que al fin acabaré por sujetar esta pícara len- gua que no quiere estarse quieta.
Soy traviesa, sí; pero a querer a la señorita no me gana nadie. Después de mis padres, es la persona a quien más quiero. ¡Qué pena me da cuando me reprende poniéndose seria!
Y ¡qué alegre me siento cuando me dice con su voz cariñosa: «Bien, Margarita, eres una buena niña; estoy segura de que te corregirás por com- pleto.»
