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acompaña en nuestros paseos. Cuando nos senta- mos a la mesa no se aparta de ella, pues sabe que lo convidaremos con alguna golosina.
Lo que más nos preocupa es el cui- dado de los nenes.
Yo estoy muy satisfecha de mi hijita Cuca; es jui- ciosa, obediente y ' aplicada. Meen- | tretengo largas ho- | ras con ella, ya sea enseñándole a leer y escribir, ya sea haciéndole trajes y sombreros con los que parece más bonita aún.
Ella paga mis cuidados con la amable sonrisa que nunca se borra de sus labios rosados; y cuando me dice ¡mamá! con su vocecita dulce, me siento real- mente feliz y me la como a besos.