Página:Lopez La seniorita Raquel.djvu/45

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

Ai

Alicia. — No, seguramente; los padres deben de- fender a sus hijos.

Sta. Raquel. — Tú lo has dicho. Pues bien, las avispas cumplen precisamente ese deber cuando hieren con su aguijón al que intenta destruirles la casa o matarles los hijos.

Lucía. — Pero ¿puede haber gente capaz de hacer daño a un animal indefenso?

Sta. Raquel. — No siempre se las persigue por maldad, sino también porque se tiene de ellas una idea equivocada. Si Alicia hubiera encontrado un avispero en su casa, creyendo, como creía, que las. avispas son malas, sin duda habría deseado destruirlo.

Algunos, y en ese número figuran los niños, de- seosos de ver lo que pasa dentro del avispero suelen hurgarlo y hasta romperlo. Pero si tal hacen ¡desgraciados! Al punto sentirán en el ros- tro, el cuello y las manos, mil lancetazos furiosos que los dejarán aturdidos. Son los padres que acuden en defensa de sus larvas.

Manuel. — ¿Qué son las larvas? señorita.

Sta. Raquel. — A esa pregunta no puedo respon- der sin antes contar cómo viven las avispas.

Federico. —¡Cuéntelo! ¡cuéntelo! señorita. Me interesa mucho la vida de los insectos.